Diversas enfermedades como la leucemia y otros tipos de cáncer pueden ser curadas si son detectadas oportunamente mediante quimioterapia o radiaciones; sin embargo, en muchos casos el transplante de médula ósea es la única posibilidad de recuperación. El Dr. Roberto Ovilla, Médico Hematólogo y Jefe de la Unidad de Transplante de Médula Ósea del Hospital Angeles Lomas, habla sobre el tema.
“La médula ósea es un tejido esponjoso localizado en el interior de los huesos y es donde se generan las denominadas células madre o progenitores hematopoyéticos, a partir de los cuales se originan las células de la sangre”, explica.
Las principales células sanguíneas producidas en la médula ósea son:
“La médula ósea es muy importante para la vida de las personas, y cualquier afección en ésta puede generar magnas repercusiones en la salud”, menciona el experto. Este tipo de trasplante se recomienda para personas con:
¿En qué consiste?
“Es importante recordar que en este tipo de procedimientos lo que se trasplanta es una célula hematopoyética, la cual tiene la capacidad de producir diversas células que circulan en la sangre, por lo que se requiere de un donador”. Dicha célula se encuentra principalmente en tres sitios de nuestro organismo:
¿Cómo se realiza?
Según el Dr. Villa existen tres clases de trasplante hematopoyético de acuerdo al tipo de donante. El autólogo o autogénico es una especie de autotrasplante, pues las células madre proceden del mismo paciente; mientras que en el alogénico las células madre provienen de otro sujeto, por lo general un hermano o una persona genéticamente distinta al receptor. Mientras que el transplante singénico es aquel que se lleva a cabo entre gemelos idénticos.
Antes, comenta el especialista, las células madre se extraían del donante o paciente directamente de la médula ósea a través de una operación con anestesia general o local, según el caso. Se sacaba de los huesos cortos y planos, como la pelvis. No obstante, los científicos descubrieron que también había células madre en el torrente sanguíneo y en la sangre del cordón umbilical. En el caso del torrente sanguíneo, sin embargo, las células allí depositadas no son suficientes, por lo que a través de la administración de una hormona llamada GCSF es posible su estimulación para que circulen hasta el torrente; una vez allí, una máquina centrífuga se encarga de extraerlas mediante un proceso llamado aféresis”.
Y agrega: “La filosofía del trasplante es no dañar al donante. Se trata de un procedimiento que dura aproximadamente cuatro horas, no requiere incapacidad y el paciente puede hacer su vida normal. Esta ventaja ha hecho que sea el método más utilizado. Ser donador de médula ósea para un familiar, o ser un donador voluntario de médula ósea es un acto estrictamente altruista, que no requiere la pérdida de alguna función; al contrario, brinda la satisfacción de ayudar a otro semejante en una forma extraordinariamente valiosa”.
Porcentaje de éxito
“El éxito varia según la edad del paciente, tipo de trasplante y enfermedad que se esté tratando. Las cifras exponen que este tipo de procedimiento tiene mayor éxito en niños; a mayor edad (sobre todo después de los 50 años), más probabilidad de fracaso. Los trasplantes sjngénicos y autológos carecen de rechazo; en tanto, los alogénicos tienen más éxito cuando el donador es un familiar”.
La donación
“La gente debe entender que todos estamos expuestos a padecer alguna enfermedad que pueda requerir un trasplante de médula ósea, lamentablemente casi nadie lo piensa hasta que se encuentra enfermo. La donación de médula ósea salva vidas, hay que recordarlo”, finaliza el Dr. Roberto Ovilla.
La Unidad de Trasplantes de Médula Ósea del Hospital Angeles Lomas reúne todos los estándares internacionales que se requieren para este tipo de procedimientos, como: ambiente descontaminado, aires filtrados, atención las 24 horas del día, sistema de monitoreo por laboratorio e imagen en forma periódica y un equipo médico multidisciplinario.