Resultados de Laboratorio
Algunas investigaciones indican que en la actualidad los antibióticos resultan menos eficaces que nunca. Y ello se debe, en gran parte, a un consumo masivo y no siempre adecuado y responsable de estos medicamentos.
El problema es grave, dado que, como señalan la mayoría de los especialistas, los antibióticos son los medicamentos más eficaces durante el siglo XX, convirtiendo, por ejemplo, infecciones de las vías respiratorias (que antes podían resultar incluso mortales) en simples ???molestias???. Si su eficacia sigue descendiendo al ritmo de la última década, podrían convertirse en virtualmente inútiles, y no existen todavía productos que puedan sustituirlos.
El principal riesgo para la salud sería sufrir una patología respiratoria grave (por ejemplo, una bronquitis aguda) y que ésta no se pueda tratar con antibiótico como resultado de la resistencia bacteriana, lo que preocupa en demasía a los profesionales de la salud.
Consumo irresponsable
No hace tanto, los remedios más habituales contra las molestias como el resfriado común o los procesos gripales leves eran caldo de pollo caliente, infusiones de hierbas y unos días de reposo. Después de los años 70, se aprecia un incremento acelerado del consumo de antibióticos, con o sin receta.
En parte, se debe a las exigencias de un mercado laboral que no siempre tolera con naturalidad ausencias de más de un día por motivos tan simples, en apariencia, como un resfriado. Y también influye la demanda entre la población de soluciones rápidas para problemas de salud cotidianos, como si ya nadie tuviese tiempo ni paciencia para recurrir a los contrastados remedios de curación ???tradicionales???.
Entre otras razones, se ha disparado el consumo de fármacos que no siempre son necesarios. Las personas se han acostumbrado a la idea de que algunos medicamentos son de validez casi universal y, además, prácticamente inocuos, presunciones ambas que no son ciertas. La peor consecuencia de todo esto es el incremento de la llamada resistencia bacteriana, que hace que los antibióticos no resulten eficaces cuando son realmente necesarios.
Lo anterior se debe a que las bacterias, esos microorganismos que están en el origen de muchas enfermedades infecciosas, se acostumbran a los principios activos de los antibióticos y se inmunizan contra sus efectos.
Guía de uso responsable